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lunes, 3 de octubre de 2011

Para Juan Carlos Santana

Ayer encontré, entre tumultos de papeles insensibles, unos retazos de pasión, escritos de puño y letra por uno de los mayores artistas que jamás ha tenido Llerena. Alma viva, interior de arte, sensibilidad extrema que algún día, cuando faltes, cuando muchos faltemos será cantada, admirada y aplaudida por aquellos que tengan el placer de disfrutarla. Yo he tenido la suerte de conocerte en persona y eso me enorgullece.

Aquí os dejo unos versos. No son míos, sino de este genio de la pintura, y de todo aquello que toque, pues el que lleva el arte en las venas hace arte por condena, de quien un día tuve el honor de ser musa por unos minutos. Dicen así:

Cuando centréis vuestra mirada
Intensa
Sobre la calavera próxima que asiste

Donde el amor tardanza tiene,
Os imagino libre, abierta,
Niña diosa, primogenia.

Donde lo cotidiano que nos ata
Adquiere el leve peso de unas alas
Sin saber se crece y se alza
Sombra más alta que la luz.

Donde se esperan los besos prisioneros que jamás
Mortal, nunca he soñado.

Para Pilar, en las postrimerías de este Febrero que se escapa (2007)
Santana.

Este, que a continuación relato, va acompañado de un maravilloso retrato que el artista esbozó en unos trazos y llevan impregnado la mirada triste de quien lamenta la ausencia de aquel que le da la vida. Dice de la siguiente manera:

Quien diga que la muerte es un obstáculo, no tiene miramiento de fortuna.
Si muero antes de que tu olvido me haya desterrado
Al lugar más recóndito del mundo, con las alimañas,
Donde tu voz, mi moza, no es posible, haré valer mi orgullo entre los muertos
Para peinar tu cabellera de muñeca y poder colorear en tus mejillas
Para que nadie pueda decir que pareces una loca, en ausencia mía.
De esto será testigo inmemorial la tumba que me han dado mis ancestros.
Santana, 25/2/2007

Guardaré estos manuscritos que, seguro, mañana serán un tesoro. Pero, como muy bien dicés tú, tendremos que morir para verlo.

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