Vistas de página en total

lunes, 17 de octubre de 2011

Feliz cumpleaños!!!

¿Feliz cumpleaños? ¡Y una mierda! ¿A quién le gusta cumplir años? Que venga y me lo diga, porque yo no me lo creo. Yo quiero ser eterna, joven e inmortal. Cada año que vas cumpliendo te va recordando que te queda uno menos para la muerte, y yo, perdonadme que os diga, adoro la vida. Gustaba cumplir años antes, cuando eras joven, cuando la enfermedad y la muerte era algo muy remoto, que sólo veíamos en las películas. Cuando cumplías doce e ibas corriendo a medirte para ver cuanto has crecido en ese año. Cuando cumplías dieciocho y pensabas que te ibas a comer el mundo, que la vida que llevabas hasta entonces iba a cambiar de forma radial, a mejor, por su puesto… Luego pasa el tiempo y te das cuenta de que con dieciocho haces lo mismo que con diecisiete, sólo que ya no estás amparado por la protección legal que tienen los menores en este país. Después cumples veinticinco y piensas “joder, qué mayor soy ya. Qué bien me lo paso. Me encanta mi vida. Estoy segura de que podré conseguir todo lo que me proponga. ¡Soy una triunfadora!” Unos añitos más tarde cumples treinta y dices: “¿Yaaaa???? ¿Cómo? ¡No puede ser!, ¿cómo voy a tener treinta años, si todavía no he empezado a hacer todo lo que ya tendría que tener acabado?” Y a partir de ahí la historia sigue a cámara rápida. Los años pasan volando. Empezamos a no pasarlo tan bien como cuando teníamos veinticinco. Nos encontramos con una edad en la que somos demasiado mayores para ser jóvenes y demasiado jóvenes para ser mayores. Nos encanta que nos echen menos edad de la que realmente tenemos: “¿Treinta y tres? Pues no lo pareces, yo te echaba treinta y dos” Y tan contentas… Si salimos de marcha la gente a nuestro alrededor es demasiado joven, pero probablemente seamos los más jóvenes del trabajo, o quizás demasiados jóvenes para estar divorciadas aún... Es difícil. No encontramos nuestro lugar con facilidad. Y los años malditos corren y corren sin tregua a que te des siquiera cuenta de su fluir.

Treinta y tres. Sí. Tengo que ir haciéndome a la idea. Me va a costar mucho, lo sé, y cuando por fin lo consiga estaré a las puertas de los treinta y cuatro. Esto es así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario