Vistas de página en total

martes, 4 de octubre de 2011

Ánimo opositores!!!

El pasado domingo tuvieron lugar algunos exámenes de oposiciones a la Junta de Extremadura en Cáceres. El diario de Extremadura decía que más de 60.000 personas lucharán por, aproximadamente, 300 puestos de todas las categorías ofertadas. Eso quiere decir que hoy habrá unas 59700 personas desilusionadas, abatidas y deprimidas. Es lógico. De todas maneras, el hecho de aprobar o no, o sacar plaza o no, tampoco garantiza el trabajo de aquí a dentro de un par de años, tal y como están las cosas…

Los foros están que echan humo. Algunos afectados por la subida de nivel de los exámenes, que más que para auxiliares parecían para ingenieros, se desahogan como pueden vociferando improperios contra el sistema. No están indignados, sino lo siguiente. Tres años, cinco y hasta siete de estudio, temarios aprendidos de memoria como si se tratase del padre nuestro, la cabeza repleta de leyes y artículos inútiles en la vida real y todo para nada. Y yo me pregunto: ¿Qué pasaría si toda esta energía negativa concentrada se disparase hacia el exterior?, ¿si toda esta frustración generalizada saliera a las calles?, ¿no pensáis acaso que estamos al borde de una revolución?

No sé qué pasará en el futuro, lo que sí sé es que el Estado ha empeñado un montón de dinero en dar educación a una sociedad que ahora no tiene dónde desempeñarla y eso es peligroso. Hay mucha gente inteligente en paro. Mucho intelectual por ahí suelto, con mucho tiempo libre. Quizás se esté fraguando la “Rebelión de los listos”, como la llamarán en un futuro.

“Pienso luego molesto”, es una frase que leí hace poco en una red social, ese puede ser el lema. Yo pienso que sería mejor: “pienso luego actúo”

Todo pasará un día, como pasan los malos momentos, como pasa el dolor y el sufrimiento. Todo pasará y lo contaremos como una hazaña: “Yo viví la crisis del 2011”, pero esto, ya lo narro en el libro, tendréis que esperar a que se publique, jajaja.

¡Ánimo a todos!, esto nos ha tocado vivir a los que intentamos sobrevivir en estos tiempos, como al que le tocó vivir una guerra civil. Saldremos de esta. Aprovechémonos de la salud, los amigos y el amor, mientras nos dure…

5 comentarios:

  1. Uff, Pili, trataste el empleo público vinculado al tema universitario, tema controvertido donde los haya. Voy a dar mi opinión (parcial, pues es un tema extensísimo), aunque puede que haya gente que le siente mal.

    A mí me parece un drama que un ingeniero o un licenciado en derecho se plantee siquiera presentarse a unas oposiciones para auxiliar administrativo (lo cual no significa que no lo comprenda, tal y como está el tema). Se supone que la educación universitaria te otorga una serie de competencias que, a todas luces, no se pueden desarrollar ni al 10% en un puesto de administrativo-auxiliar etc.

    ResponderEliminar
  2. ¿La gente se presenta a unas oposiciones porque tiene vocación de servicio público o porque es un trabajo cómodo y estable? Por los casos que conozco, y quizás excluyendo un poco el segmento de docentes, trabajadores sociales, psicólogos etc. (profesiones concretas=más vocacional), es más bien lo segundo que lo primero. Y eso es una quiebra muy grave tanto del sistema de cualificaciones como del sistema de servicio público: trabajadores desmotivados, sobrecualificados para las labores que realizan, sin perspectiva de mejora más allá de los trienios etc. y de una hipotética promoción interna (que en muchas ocasiones perpetúa e incluso aumenta la disfunción vocacional, al asumir tareas de mayor responsabilidad en un trabajo que no les gusta).

    Sí, el Estado ha invertido ingentes cantidades de dinero en nosotros durante años, pero uno de los principales problemas de este país (entre muchísimos otros) es la falta de vocación empresarial (sin la connotación negativa que muchas veces se asocia al término). En cualquier país de esos que envidiamos por su desarrollo económico, cuando uno sale de la universidad tiene una idea de negocio propio, una idea que, si bien igual no puede poner en práctica nada más terminar sus estudios, quiere desarrollar en un futuro. Aquí no, aquí la mayoría de la gente que sale de la universidad quiere un trabajo cómodo y estable, superponiendo estos atributos al propio desarrollo profesional (y personal, que muchas veces se olvida el carácter psicosocial del trabajo).

    ResponderEliminar
  3. Por no hablar del exceso de universitarios que tenemos en este país, bastante grande, y la carencia de titulados en formación profesional. El Ministro de Educación puso un ejemplo bastante gráfico hace un tiempo cuando dijo que había más estudiantes de Derecho en Madrid que en todo el Reino Unido. En este país, donde tanto se lleva seguir lo que hace la multitud, parece que si no tienes un título universitario no eres nadie, pero luego se da la paradoja de que los titulados en formación profesional encuentran trabajo antes y que un amplísimo porcentaje acaba realizando labores de titulados en FP (y cobrando casi lo mismo).

    Aparte, somos uno de los países más reacios a la movilidad. Recuerdo cuando estuve viviendo en USA que muchos de los que trabajaban donde yo vivía (cerca de Chicago) eran de puntos alejadísimos del país, de Canadá etc. (distancias como, por ejemplo, de Madrid a Moscú). Aquí si nos movemos más de 200 km de las faldas de papi y mami, muchos ya están llorando. Y eso, con los desajustes que genera un mercado laboral como el español, es otro aspecto que acaba lastrándolo todo.

    ResponderEliminar
  4. Son temas demasiado complejos para hablar por aquí (y estamos obviando los componentes psicológicos), pero la situación es dramática, se ha creado un mercado laboral de bajo valor añadido (especialmente en los años de la construcción) y una (preocupante) sobrecualificación de la mano de obra, entre muchísimos otros aspectos negativos que, como hablemos de ello, nos dan las uvas, jaja: métodos de selección de funcionarios arcaicos, ineficiencia del sistema de función pública, funcionarios jetas, abusos de los empresarios, políticos ineptos, falta de inversión en I+D+i, fuga de cerebros, un gran volumen de parados sin cualificación etc….etceterísima.

    Y sí, muchísimo ánimo a los opositores, porque lo van a necesitar. La competencia es cada vez mayor, el número de plazas menor, se sube el nivel de exigencia, como has comentado (algo lógico, por otra parte, si hay más aspirantes, para seleccionar a los mejores) y, como todo siga como hasta ahora (lo más probable es que incluso empeore), la función pública va a cambiar mucho mucho: se acabará eso del “trabajo para toda la vida” y el “puesto de trabajo” en un lugar determinado. La mejor inversión ahora mismo en la inversión en idiomas, por si hay que hacer las maletas.

    ¿La culpa? De todos: políticos, empresarios, sindicatos, funcionarios, trabajadores…y de nosotros mismos. Todo esto se gestó en la casi inexistente Revolución Industrial hace siglo y medio, se acentuó en el corporativismo franquista, se agravó (aunque todo pareciese ir bien) durante el boom de la construcción y se está desmoronando ahora. Hemos creado un gigante con pies de barro.

    Y con eso de la “revolución de los listos” no estoy nada de acuerdo, cada vez estoy más convencido de que la supuesta correlación entre estudios universitarios e inteligencia no existe como tal, pero eso ya es otro tema.

    PD: Perdona la parrafada, pero es mi ámbito profesional, jeje.

    ResponderEliminar
  5. Joder Lalo, te habrás quedado a gusto, no??? jajaja. Si te soy sincera, el domingo escribí una entrada para el blog, que nada tiene que ver con esta, pero me pareció un poco fuerte, incluso a mí, y pedí consejo antes de publicarla a mi mejor consejero y amigo, a mi medio limón, y me dijo que ni se me ocurriera publicar eso, que estaba loca, que me iba a echar encima a media población, así que tuve que superembellecer el texto para hacerlo políticamente correcto y no dañar el alma de miles de personas, pero tienes toda la razón, y muchas otras cosas que no has dicho (aunque parezca mentira, jajaja) y también son verdades como puños.

    Retocar algo que he escrito es una cosa que odio profundamente, pues pienso que lo que se dice desde las entrañas es lo verdaderamente auténtico, pero bueno, aunque sean verdades, no quiero que me vean como una grandísima hijadeputa sin escrúpulos ni sentimientos. Quizás algún día, cuando esté a punto de morir y ya no me importe nada, lo publicaré, porque es lo que pienso.

    Un saludo y gracias por tu sabia reflexión.

    ResponderEliminar