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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lo quiero/ lo necesito

Acostumbrarse a lo bueno es muy fácil. A veces las cosas nos van bien y vamos adquiriendo unos usos y costumbres que se convierten en necesidades. Lo que no nos damos cuenta es que no se trata de necesidades en sí, en realidad son lujos que nos dábamos el placer de gozar, cuando podíamos hacerlo. El ser humano tiene la necesidad de alimentarse cuando tiene hambre, abrigarse cuando hace frio y ser querido. Luego, en sociedad, adquiere una serie de derechos, como la educación, la sanidad, la justicia, la propiedad privada… Más adelante, superado estos derechos, es cuando el hombre va adquiriendo otras cosas que se convierten también en necesidades: el ocio, el deporte, la música, la moda… Cada uno tiene sus propias necesidades, y pensamos que las nuestras son las más importante, menospreciando, muy a menudo, las de los demás. Una amiga me dijo que la cosa iba tan mal que había tenido que comprar el tinte del pelo del barato en el supermercado y echárselo en casa. Bueno, yo no he ido nunca a la peluquería a echarme un tinte, por lo tanto, esta necesidad básica para mi amiga, es para mí una tontería. Otra me comentó que este año, en vez de diez o quince días, como siempre, se había tenido que ir de vacaciones sólo tres días. Yo nunca he estado una semana de vacaciones, por lo tanto, esta necesidad básica para mi amiga, es para mí otra chorrada. De la misma manera, yo voy a tener que dejar el gimnasio, porque no tengo dinero para pagar este mes, seguro que para mi hermana, que no ha pisado un gimnasio en su vida, esta necesidad, a la que yo tengo que renunciar, es una soberana chorrada (“vete a correr, que es gratis”, me diría), y desde el mismo punto de vista, he tenido que empezar a comprar tabaco de liar porque el tabaco en cajetilla está muy caro y no me lo puedo permitir. Alguien se encontraría con derecho a decir “yo dejé de fumar el año pasado y ya no tengo esa necesidad”, por lo tanto tampoco será importante para esta persona.

Lo que quiero decir es que las necesidades que actualmente tenemos no son necesidades en si, pues aun no hemos sufrido la verdadera necesidad.

Todos tenemos necesidades, y sin embargo, ninguno. Unos lo llevarán mejor y otros peor, depende de la fuerza, de la voluntad y el carisma de cada persona.

No creas que por ser más fuerte sufro menos.

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