No, yo no soy rosa. Creo que nunca lo he sido. Soy más bien amarillo. En ocasiones, como hoy, soy gris, y si las cosas van a peor, me convierto en negro. Otras veces soy azul aunque lo que me gustaría es ser lila. Si me deprimo me pongo morada, mientras que otras personas me ponen verde, y es entonces cuando torno al rojo vio. Y si me quedo en blanco tengo un marrón.
¿Por qué insisten en catalogarnos? Yo no soy rosa. Soy todos los colores que te puedas imaginar, depende del momento. Soy mil personas en una. De repente rujo como un león y al momento ronroneo como un gatito. Subo y bajo en esta montaña rusa de emociones en la que todos montamos.
¿Por qué al nacer me pusieron los patucos rosa?, ¿por qué me bautizan, haciéndome pertenecer a un grupo religioso que detesto?, ¿por qué me ponen la ropa vieja de mi hermana mayor?, ¿hasta qué punto decidimos quienes somos?, ¿Cuándo podemos empezar a decidirlo?
Yo ya he tomado la decisión. No soy rosa, ni azul, ni marrón. Soy un arco iris que, en ocasiones, tapan las nubes.
Tienes razón. La gente que nos cataloga no nos conoce en absoluto. Todos somos multicolores y eso es lo genial de todo esto...
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Bienvenida Pérfida!!! Me alegro que estés de acuerdo. Yo estoy un poco hasta el coño de estereotipos. Me encanta tu blog!!!
ResponderEliminarPILAR
Lo mejor es que cada uno nos miremos con el color que más nos guste. Yo te veo bastante, verde, pero verde de esperanza. Me ha gustado mucho. Saludos.
ResponderEliminarGracias Eva!!! Un placer verte por aquí.
ResponderEliminarPILAR