Vistas de página en total

martes, 15 de noviembre de 2011

Paro para coger aliento

Sin querer hemos navegado entre sueños imposibles, cerrando bares y viendo amaneceres. Riendo hasta doler las entrañas y llorando hasta doler las pestañas.
Hemos cometido errores injustificables, hemos perdido y hemos aprendido. Nos hemos ido convirtiendo en esa clase de persona que criticábamos hace unos años. Le hemos dado la razón a nuestras madres, después de habérsela quitado en tantas ocasiones. Hemos mentido y engañado y también hemos sido sinceros, en algunos casos. Hemos hecho tanto, ¡Cuánto hemos vivido sin haber empezado a vivir todavía! Y sin embargo, te vuelvo a ver ilusionado como un niño, mientras aprendes algo nuevo, que ni se te pasaba por la imaginación que un día aprenderías. Que niños somos, qué niños y qué viejos, que queriendo saberlo todo, hemos olvidado querernos. Querernos a nosotros mismos. Que cada día nos queremos menos, ambicionando otros quererles que, seguro, serán pasajeros.

Hoy me he levantado y soy otra persona, con otra cara que me agrada y otro cuerpo que me encanta. Hoy la ropa me queda de lujo. Hoy no discuto con mi madre, que es un cielo, ni con Jaime, que está creciendo. Soy soy yo y me gusta, porque soy la hostia.

Miro atrás y hago recuento, ¿qué he ganado en este tiempo?
Sueños: Muchos
Logrados: Cero
Fracasos: Muchos
Arrepentimientos: Cero, eso es perder el tiempo
Aprendizaje: Mucho
Éxitos: Pocos, pero perecederos. La relación que tengo con los que quiero, es mi mayor logro en la vida.

Entonces, si me he equivocado muchas veces, si cuento con pocos éxitos, eso el lo que me queda. ¡Hay que ir a por ellos!

Toda la vida, eso me queda, para lograr un sueño. He de ser persistente, y a pesada yo tengo el primer premio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario