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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tecnología, todos los días algo nuevo...

Dicen que de todo ha de saber uno para sobrevivir en la jungla de la vida. Está claro que de todo no se puede llegar a saber nunca, pero a veces, dejamos de aprender cosas básicas, por no preguntar, y nos quedamos con esa laguna de conocimiento de por vida. Quizás parezca una tontería, pero muchos no preguntamos cosas por no quedar como unos auténticos ignorantes delante de los demás, haciéndonos con ello aún más ignorantes, pues la duda es el inicio del conocimiento, es por ello que los niños no paran de preguntar cosas de las que nosotros, los mayores, en abundantes ocasiones, no tenemos la más mínima idea sobre su respuesta, muy probablemente porque no nos atrevimos a preguntarlo en su día.

A mí, en este momento, me surge una duda que no me atrevo a preguntar por no quedar como una paleta ignorante inmersa en el s.XX, pero ahora veo un gran momento para formularla, a ver si alguno de vosotros me podéis sacar del mar de tinieblas en el que parece que habito, pues cuanto más tiempo trascurre la duda en mi cabeza, más avances tecnológicos van complicando la propia duda, y creo que al final moriré en un universo completamente desconocido para mí, si no consigo sofocarla ya. Allá va:

¿Qué es un Ipod, y un Tablet, un Iphone, una blackberry, un Ipad y un smartphone?
¿Son la misma cosa o son distintas?

Cuando una vez, hace ya diez años, dijeron en el telediario que internet iba a cambiar por completo nuestras vidas, yo pensé: “Joder, ¡qué exagerados!, una cosa que sólo sirve para buscar información más rápida sobre cualquier tema… !tampoco es para tanto!” No me imaginaba que iba a estar ahora, diez años después, a mis 33 primaveritas, con una formación y un mundillo recorrido, como un pastor de cabras en su quehacer bohemio, abrumada por la incesantemente variabilidad tecnología que nos invade. ¡Cómo ha cambiado la vida! No sólo la vida, ha cambiado hasta el lenguaje. De repente es casi imposible mantener una conversación sin pronunciar las palabras: Internet, e-mail, web, digital… y por no hablar de los neologismos de este maravilloso s.XXI: bit (con toda su escala tamaños), LCD, webcam, GPS, USB, SECC, HD… y un sinfín de siglas sin sentido que utilizamos casi a diario. Es una locura, antes se inventaba algo y a la hora de ponerle nombre eran nombres lógicos y sensatos: sacapuntas, abre corchos, microondas… algo sencillo, que no nos llevaba al engaño.

Yo, que tengo un móvil normalito, que sólo utilizo para llamar, y toda la tecnología que poseo es este antiquísimo portátil, toda una reliquia de principio de siglo, a la que se le ham borrado las letras N y E, miedo me da que llegue el momento de comprar otro, y no poderme decidir entre la amplia variedad de formatos y servicios que se ofrecen hoy, y que yo no comprendo.

Y ahora me pregunto: Al ritmo que va esto, ¿nos dará tiempo de aprender lo básico?

martes, 29 de noviembre de 2011

Apocalipsis

¿Es que no se puede ver un telediario tranquilo en este país, sin pánico a que se acabe el mundo de un día para otro? Aumenta el paro… las bolsas se desploman… el rescate de Grecia… desahucios… vandalismo… corrupción… calentamiento global… dan ganas de decir: “!!!SÁLVESE QUIEN PUEDAAAA!!!” y lanzarse por la ventana.

Ya sabemos que la cosa va mal, por el amor de Dios, no sigamos metiendo el dedo en la yaga, ya estamos bastante acojonados con todo lo que se nos viene encima. ¿No podría haber una televisión (ya que la televisión es el mayor instrumento de entretenimiento) más amable? Unas noticias que contara cosas positivas que suceden hoy día también, como el buen clima, y la posibilidad que tenemos los españoles de gozar de él, ya que tiempo, precisamente, es lo único que nos sobra. O cómo han aumentado las relaciones sexuales y sociales entre los españoles, debido también a ese positivo excedente de tiempo, que obliga a salir, pasear y deambular con la simple recompensa de encontrarte con alguien con quien hablar. O el aumento de la esperanza de vida, propiciado por unas costumbres ociosas y relajantes de bienestar inigulables…

Yo desde luego estoy hasta el gorro de tener que escuchar las noticias apocalípticas que nos invaden a diario. Obligados a saber y sentir sólo la parte de la historia que a ellos les interesa que sepamos. Y luego repitiendo como ovejas, “sí, por lo visto hay un meteorito que tiene un 0.000001% de posibilidades de chocar con la tierra, lo he visto en la tele” como si todo lo que vemos en la tele fuera verdad… El mayor instrumento de manipulación generalizada habido nunca en la historia de la humanidad.

Si queremos un mundo justo, ¿por qué no empezar por denunciar el abuso que los poderes ejercen, con la consiguiente complicidad de los medios de comunicación? ¿Cuándo vamos a dejar de ser un rebaño de ovejas manipuladas? Hay que romper las estadísticas y eso sólo la sociedad puede hacerlo. Pero para eso, hay que despertar de esta pesadilla abrumadora, de la que no salimos, porque no se está del todo mal, mientras nos quejamos de cómo va todo, tomando una cerveza en el bar de abajo, o simplemente tirados en el sofá de casa. La política es una estafa, no nos dejemos influenciar por delincuentes, manipuladores, aduladores, corruptos y mentirosos. Nosotros somos mejores personas que ellos, si no lo fuéramos, ya nos iría mejor todo.

La pena no es una opción, menos pena y más acción.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Sé el primero en reír

Dicen que el que ríe el último, ríe mejor. ¡Valiente tontería! Yo creo que lo importante es reír, da igual el orden en que lo hagas. Todos debemos tener la oportunidad de reírnos, y hacer de esto una costumbre mientras sigamos vivos. Aunque la vida no muestre su mejor cara, el tiempo transcurre sin demora. Los aconteceres suceden sin previo aviso, y no podemos pararlo. Puedes ser el mejor trabajador del mundo y no estarás exento de un despido, puedes cuidar tu cuerpo más que nadie y no evitarás un problema de salud. La muerte llegará para todos, nadie sabe el momento.

A veces pienso dónde se hallará esa niña a la que los días se les hacían cortísimos jugando en la calle al caravinagre, o al elástico o pintando truques en el asfalto. Esa que no paraba de reír nunca y a la que su madre le reñía, precisamente, por reír demasiado. Es como si a lo largo de los años nos hubieran estado absorbiendo el coco para que nuestro cerebro esté en constante preocupación, de tal manera que nos preocupamos, no sólo por lo que ocurre, sino por lo que pueda llegar a ocurrir, sin haber ocurrido todavía. Solemos ponernos en el peor de los casos con los posibles problemas futuros, no sólo propios, sino también con los ajenos. Y convertir en problemas hechos que son dignos de alegría. ¿Qué nos ha pasado?

Quizás una sociedad preocupada, apocada y temerosa sea más controlable que una fuerte, valiente y alegre. No lo sé. Lo cierto es que hemos dejado de reír, con temor de no ser el último que ríe. Y esperando ese turno, se nos va la vida sin sonrisas. Perdamos el miedo a ser el primero en reír, si esto provoca la risa de otros.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El abuso de los poderosos

El mundo de la competencia es maravilloso. Me encanta ver cómo los históricamente grandes se bajan los pantalones para conseguirte como cliente. Aún así, yo soy muy rencorosa y no olvido. Además de que no soporto el “todo vale” para conseguir un cliente. En realidad el “todo vale” para conseguirte es mal comienzo para cualquier tipo de relación, pues una vez que te tienen, se olvidan completamente de ti.

El otro día tuve la llamada telefónica de una chica muy amable de Moviestrella. Cómo lo que más me sobra es tiempo, y apenas hablo con nadie en todo el día, pues decidí darle coba, y atender educada esa llamada. Fue algo así:
- ¿Pilar García Moreno?
- Sí, soy yo.
- Buenos días, le llamo de Moviestrella, mi nombre es Mónica. Pilar, le llamamos porque queremos informarle de nuestra nueva tarifa de precios para móviles, usted ¿con qué compañía está actualmente?
- Bueno, actualmente estoy con la compañía que he estado siempre. Vodalaire.
- Ok Pilar, pues si se viene con nosotros se puede beneficiar de la nueva tarifa de precios que ofrece Moviestrella a sus nuevos clientes, además de un 20% de descuento adicional durante los seis primeros meses y además si aprovecha ahora la oferta le regalamos un teléfono móvil de última generación a elegir, ¿qué le parece?
- Pues me parece fatal.
- ¿Cómo?
- No, que digo que me parece muy mal.
- ¿No le interesa nuestra oferta?
- La oferta en sí es tentadora, no lo niego, pero me parece muy mal que llaméis a la gente ofreciéndole este tipo de gancho para cazarlos.
- No le entiendo, quiere decirme que no quiere aceptar la oferta que le estoy ofreciendo.
- Pues aunque suena muy bien, y me encantaría tener uno de esos móviles de última generación que no me puedo permitir, ya le he dicho que soy de Vodalaire y no me voy a cambiar.
- Pero ¿por qué?, si yo le estoy ofreciendo una buena promoción.
- Ya, pero…
- Y podría saber el motivo..
- Pues claro. Mire, Vodalaire ha sido mi compañía desde que tengo móvil, cuando se llamaba Arcatake y Moviestrella era Telecómica. Llámame romántica, pero siempre ha estado conmigo en los malos y en los buenos momentos. Ha habido ocasiones en mi vida en las que no he podido pagar el recibo y no me han cortado la línea, ni me han cobrado de más, hasta que he podido pagarlo. Nunca me he comprado un móvil, pues ellos siempre me han regalado el que he querido en cada momento. Estoy contenta con mi compañía de teléfono. Me gusta. Me ha conservado durante los años, me ha cuidado, me ha mimado y ahora no voy a cambiar.
- Pero nosotros le ofrecemos una tarifa de 15 euros al mes…
- Me quedo con mi tarifa.
- ¿Pero su compañía le regala una iphone?
- Dígame una cosa, Mónica. Si usted está casada, y le gusta mucho su marido, él se porta bien con usted, le da un buen servicio, no le cuesta mucho dinero mantenerlo… ¿lo cambiaría por otro hombre que viniera a agasajarla con un anillo de diamantes?
- Bueno, estamos hablando de cosas diferentes. Yo le ofrezco la posibilidad de ahorrar al mes un dinerito.
- Mire, por mucho que ahorrara, Moviestrella nunca me llegaría a pagar todo lo que ya me ha robado en mi corta vida, cuando no había más compañías que esa. Recuerdo cuando estudiaba fuera y salía todos los días a la cabina para llamar por teléfono a mis padres o a mi novio o a alguna amiga. Esperaba mi turno, muerta de frío, cuando por fin podía llamar, echaba los veinte duros y plim!!!, como si por arte de magia fuera, se los tragaba sin más. Sin opción de recuperarlos. O en medio de la llamada, se colgaba, porque sí, y te quedabas sin hablar. Recuerdo cuando empezaron a sacar las líneas de coste elevado, sin avisar a la población de que la llamada podía costar 200 pesetas al minuto. Recuerdo tantos abusos que, mientras que haya otra, nunca seré de esa compañía que tanto nos ha robado a los españoles cuando estaba sola. Así que no. Me quedo con Vodalaire. Lo siento, soy una mujer rencorosa y fiel.
- Muy bien, Pilar, buenos días.
- Buenos días.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Dios también está en paro.

Dicen que Dios aprieta, pero no ahoga. Esta crisis nos ha enseñado a ser menos quejicas, al menos en mi caso, pues cada vez que me quejo amargamente de mi situación, Dios me castiga para hacerme ver que siempre las cosas pueden ir a peor. ¿Es cierto eso de que Dios no ahoga?, ¿Cuándo llega el momento de aflojar la cuerda? Yo ya he aprendido la lección. Ya sé que de nada me sirve quejarme. Que siempre habrá otros que lo estén pasando peor. No creo que necesite seguir castigada. El tiempo se hace infinito, el futuro incierto y el presente es un presente complejo, de manera que yo ya no estoy segura de la veracidad de ningún hecho contrastado. Nunca he esperado tanto para algo, ahora sólo espero que la espera no haya sido una espera en vano.

Necesito vivir sin sogas al cuello y sin losas al hombro. Quiero sentir y padecer y necesitar y querer y llorar y reír, pero a tu lado… ¿Acaso eso es pedir un imposible?

Cuando no tienes nada que perder, pues nada es también lo que posees, sólo importa el sentimiento, que se hace fuerte como un muro y que es frágil a la vez. El miedo a que se rompa el muro es día tras días más persistente, y aunque la aurora traiga fuertes vientos y lluvias amenazantes, ahí sigue el muro soportando tan crueles desvaríos de la naturaleza, que inevitablemente, lo van erosionando a través del tiempo. Y cada desmembración del muro narra un suceso de la historia. Así es la historia. Esa es mi historia: la constante degradación del muro de las emociones.

Aguardo los días de sol, que llegarán seguro. Mientras, seguiré admirando los movimientos que, como marioneta, me van imponiendo los quehaceres de cada día. Saldrá el sol y veré con claridad el abismo al que me acerqué hoy. Solo entonces muchas manos se ofrecerán para ayudarme saltar el obstáculo, manos que hoy se esconden en los bolsillos, pero ya no harán falta…

Dios debe estar en paro, o de baja por depresión. No es lícito que se haya olvidado de nosotros de esta manera. Ahora que la desesperación me ha hecho creer en Dis por primera vez en la vida, y como último recurso de fe, pues la fe en el ser humano la perdí hace ya algún tiempo, voy a tener que dejar de creer, otra vez, en Él.

martes, 22 de noviembre de 2011

Un mundo de colores

No, yo no soy rosa. Creo que nunca lo he sido. Soy más bien amarillo. En ocasiones, como hoy, soy gris, y si las cosas van a peor, me convierto en negro. Otras veces soy azul aunque lo que me gustaría es ser lila. Si me deprimo me pongo morada, mientras que otras personas me ponen verde, y es entonces cuando torno al rojo vio. Y si me quedo en blanco tengo un marrón.

¿Por qué insisten en catalogarnos? Yo no soy rosa. Soy todos los colores que te puedas imaginar, depende del momento. Soy mil personas en una. De repente rujo como un león y al momento ronroneo como un gatito. Subo y bajo en esta montaña rusa de emociones en la que todos montamos.

¿Por qué al nacer me pusieron los patucos rosa?, ¿por qué me bautizan, haciéndome pertenecer a un grupo religioso que detesto?, ¿por qué me ponen la ropa vieja de mi hermana mayor?, ¿hasta qué punto decidimos quienes somos?, ¿Cuándo podemos empezar a decidirlo?

Yo ya he tomado la decisión. No soy rosa, ni azul, ni marrón. Soy un arco iris que, en ocasiones, tapan las nubes.

lunes, 21 de noviembre de 2011

A veces...

A veces vuelvo a oír el silencio que atrona en mi cabeza.
A veces sueño con esa amplitud del cielo que me provoca claustrofobia.
A veces temo el sufrimiento que aun no he padecido:
La soledad, el abandono, el olvido…
A veces no comprendo la maldad que me rodea,
De aquellos quienes gozan con el pesar de quien padezca.
A veces me comparo y no me gusto en absoluto.
A veces no río, ni bailo, porque no estoy a gusto.
A veces me escondo bajo las sábanas de malas personas,
De gente ingrata.
A veces no hablo. A veces ni pienso.
A veces duermo y no me despierto.
A veces quisiera correr muy deprisa y alejarme de mi sombra.
A veces, y solo a veces, me convierto en persona.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Un paseo por Sevilla

Paseando por la ciudad, antigua y moderna,
Recorro sus calles de historia eterna.
Piso el suelo que todos pisan,
Ricos y pobres, con o sin prisas.

Oigo voces de lenguas extrañas,
Ruidos, guitarras, flamenco y palmas.
Y todos los mundos que desconozco,
Todas las tierras donde nunca estuve
Se ciernen infinitas en estas calles
Donde todos somos uno, y ninguno es nadie.

Miro las caras de miles de almas,
Que ya había visto en vidas pasadas.
Comparto el aire que otros respiran,
Cruzo miradas, casi furtivas.
Siento olores de jazmín y azahar
Que pintan colores imposibles de imaginar.
Grito en silencio mi desesperanza,
Empujo el viento a marchas forzadas.

La dulce brisa acaricia mi cara
Como el manto sublime de una dama
Que conozco hace años
Y nunca he visto, más que en mi alma.

Mis recuerdos se mezclan y confunden
se convierten en sueños,
en deseos y añoranzas.

La tenue luz de las farolas
Ilumina mi alma, que está sola.

Y yo aquí, entre la gente,
Arropado por una ciudad que me pierde,
Distorsiona mis sentimientos,
Y confunde el entendimiento.
Deposito tanto amor en sus calles,
Por no tener mi amor dueño,
Que lo coja quien lo reclame,
Pues es amor sincero.

La música errante de un ser vagabundo,
Que acaricia su guitarra y me trasporta a otro mundo,
Eriza mis sentidos,
Agudiza la pena,
Araña mis entrañas,
Sollozan mis venas…

Y lloro al compás de esa guitarra,
Que nadie escucha y a todos desgarra.

El canto bohemio del ser vagabundo
Es mi canto interno en este mundo.
La banda sonora de mi ciudad,
Pausa imperante de la capital.

¿Estamos vivos o muertos?
Yo ahora no lo recuerdo.
Sólo sé que ya no siento
Ni el calor, ni el frio de tu cuerpo.
Sólo escucho a mi amigo,
Regalando su voz al gentío,
Que no aprecia ni valora
El frío cruel que hace ahora.

Sigo mi camino paseando,
Recordando la música a lo lejos.
Me enciendo un cigarro con desprecio,
Porque te añoro, y no te tengo,
Porque envidio las parejas caminantes,
Que se besan de forma delirante,
Y vago sólo por las calles,
Cargada mi alma de pensamientos,
De música, de gente, de novios inquietos…
Tu rostro se refleja en aquellas caras
De niñas hermosas, personas ajenas
Y quiero besarlas, palpitan mis venas.

El tiempo me abraza como una amante
Me envuelve en su manto y le miro suplicante,
Pero el tiempo es mala dama,
Que ignora mi pena y en nada me ampara.

Tiro el cigarro y miro el reloj,
No tengo prisa, nada me espera,
Sólo recuerdos de mi condena.

Todos mis bienes, que no son pocos
Los perdería por volver a ver tus ojos.
Por cogerte por la cintura
En la calle Amargura.
Por pasearte a mi lado,
Mientras todos van apresurados.

Dime tú si no es una pena,
Tantos besos que hemos dado,
Tantas caricias vanas,
Y no tenerte aqui a mi lado.

La ciudad y su tintineo,
Me recuerdan tus caderas en el paseo,
La belleza, que no es poca
La tienes toda tú en la boca.

Y todas se parecen a ti, pero ninguna
Tiene la gracia de la aceituna,
Que tú muestras en la sonrisa,
Cuando la falda te levanta la brisa.

Me vuelvo a fluir en mis pensamientos
La noche se adviene, y también el viento.

Retorno el camino hacia mi casa
Por las calles tristes, llenas de chanza,
De chiquillos y de ruido,
De flamenco y de palmas.
A mi casa me vuelvo…
…hasta mañana…

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Mierda, !qué suerte!

Ayer tuve un sueño muy inquietante, que, como la mayoría de los sueños, no tenía mucho sentido, y sólo pude extraer de él, una vez despierta, que, no sé por qué extraña razón, ni debido a qué procederes de actuación, acabé en un baño, llena de pies a cabeza de excrementos humanos. Y mientras más intentaba limpiarme los restos de excrementos que recorrían todo mi cuerpo, más parecía tener por momentos. La mierda esparcida aumentaba y aumentaba por todo el baño y era imposible quitarla.

Por la mañana, queriendo saciar mi curiosidad por tan absurdo y desagradable sueño. He puesto en google las palabras mágicas “soñar con mierda”, y he descubierto que, según los estudiosos del mundo inconsciente, soñar con mierda es un augurio de buenísima suerte, un presagio de que la situación del individuo que se mancha de mierda va a cambiar muy positivamente. Que empiezan los cambios.

Yo ya estoy preparada para que mi vida cambie. Llevo tres años preparándome. Creo que ahora no voy a fallar. Que ya he vivido mucho tiempo viendo cómo los demás prosperan en la vida, y yo mientras tanto, dejo la vida pasar. Que estoy harta de ver los escaparates de las tiendas y no poder entrar en ninguna. De pasar los días sin pena ni gloria, en los que ni siento ni padezco. De no ir nunca de vacaciones. De conformarme con lo que tengo. De no estar nunca a la altura de los demás. De que sean un imposible para mí las cosas que son una normalidad para los demás. De ser tan poca cosa… Ya va siendo mi momento…

¡Que venga la mierda en abundancia a mis sueños, que ya estoy preparada!

martes, 15 de noviembre de 2011

Paro para coger aliento

Sin querer hemos navegado entre sueños imposibles, cerrando bares y viendo amaneceres. Riendo hasta doler las entrañas y llorando hasta doler las pestañas.
Hemos cometido errores injustificables, hemos perdido y hemos aprendido. Nos hemos ido convirtiendo en esa clase de persona que criticábamos hace unos años. Le hemos dado la razón a nuestras madres, después de habérsela quitado en tantas ocasiones. Hemos mentido y engañado y también hemos sido sinceros, en algunos casos. Hemos hecho tanto, ¡Cuánto hemos vivido sin haber empezado a vivir todavía! Y sin embargo, te vuelvo a ver ilusionado como un niño, mientras aprendes algo nuevo, que ni se te pasaba por la imaginación que un día aprenderías. Que niños somos, qué niños y qué viejos, que queriendo saberlo todo, hemos olvidado querernos. Querernos a nosotros mismos. Que cada día nos queremos menos, ambicionando otros quererles que, seguro, serán pasajeros.

Hoy me he levantado y soy otra persona, con otra cara que me agrada y otro cuerpo que me encanta. Hoy la ropa me queda de lujo. Hoy no discuto con mi madre, que es un cielo, ni con Jaime, que está creciendo. Soy soy yo y me gusta, porque soy la hostia.

Miro atrás y hago recuento, ¿qué he ganado en este tiempo?
Sueños: Muchos
Logrados: Cero
Fracasos: Muchos
Arrepentimientos: Cero, eso es perder el tiempo
Aprendizaje: Mucho
Éxitos: Pocos, pero perecederos. La relación que tengo con los que quiero, es mi mayor logro en la vida.

Entonces, si me he equivocado muchas veces, si cuento con pocos éxitos, eso el lo que me queda. ¡Hay que ir a por ellos!

Toda la vida, eso me queda, para lograr un sueño. He de ser persistente, y a pesada yo tengo el primer premio.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Amigo

Está claro que corren malos tiempos para gozar de una plena felicidad. Quien no tiene problemas en el trabajo muy probablemente sea porque no tiene trabajo, y si no es así quizás tenga graves problemas económicos, o peor aún, de salud, o quizás le hayan roto el corazón a pedazos hace poco. Habrá quienes se sientan engañados, defraudados, timados, solos… Muchos pueden haber perdido las esperanzas y alimentado nuevos sentimientos enterrados en el fondo de su ser…

Yo hoy quiero dar un remedio puntual, sea cual sea tu mal. Un analgésico efectivo para el dolor psicológico. Es sencillo, es económico, no precisa receta médica y actúa muy positivamente sobre el estado de ánimo de cualquier ser humano. Se trata de algo tan simple como una reunión de amigos. Porque muchos estamos mal, por eso de que mal de muchos es consuelo de tontos, y porque todos somos unos tontos con problemas simples, nada mejor para olvidar las desgracias que acechan al día a día que un empacho de amigos, que aniquile ese pesar. Porque juntos nos reimos de nuestros peores defectos, vicios y hábitos, porque son nuestros y porque así somos nosotros, sin miedo a ser juzgados, ni criticados, porque nos conocemos desde que éramos niños, y aunque parecidos, todos somos diferentes y nos gustamos.

Porque los amigos siempre están ahí, más aún cuando las cosas no marchan bien, y no te dejarán nunca, sea cual sea tu problema: si te encuentras arruinado y hundido, si te dejó la novia, si te maltratan en tu trabajo, si acabas de descubrir una enfermedad… ellos estarán ahí para celebrar que, a pesar de todo, sean cuales sean los avatares de la vida, seguimos siendo los mismos, y nunca estarás solo frente a nada. Los amigos es lo único que perdura en el tiempo a pesar de las condiciones climáticas. Esta es la verdadera riqueza humana, y yo en esto soy supermillonaria.

Gracias chicos, os quiero.

No existen problemas, a no ser que tu problema sea que no tienes amigos. Si es así, amigo, siento decirte que tienes el mayor de los problemas.

viernes, 11 de noviembre de 2011

¿Cómo están ustedeeeeesss?

En el gran circo de la vida, todos tenemos nuestro papel. Hay quienes esperan a que salga el domador, otros prefieren ver al trapecista, algunos optan por los enanos, la mujer barbuda o el gigante más grande del mundo, y a los niños les suelen gustar los payasos. A mí no me gusta meter la cabeza en la boca del león, me dan miedo las alturas, y puesto que nadie pagaría por ver mi físico, supongo que tendré que aceptar el papel que sobra. Entre los payasos se encuentran los listos, los que ponen la zancadilla y tiran la tarta de merengue en la cara del otro, y los tontos, los que se caen al suelo y reciben el tartazo para provocar la risa ajena. Somos muchos los payasos en este circo en el que vivimos, y entre todos nosotros, son muchos también los que ponen zancadillas y tiran tartas. Yo creo ser del otro tipo, un payaso tonto, pues constantemente me estoy tropezando y la cara me sabe a nata. No obstante, este es el puesto que me ha tocado ocupar y no es menos importante, pues sin payasos tontos, la labor del payaso listo no tendría sentido. Sin nosotros los niños no irían al circo, y no habría risas, y el riesgo del domador o del trapecista, o el número de los enanos no tendría público en este gran espectáculo. Por lo tanto, el payaso tonto es un tipo importantísimo dentro del circo, que es la vida.

Y recuerda, si alguien te pone la zancadilla, es porque tú eres una fuerte competencia directa de ese alguien tramposo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

No es que sea mala, es que el Estado me ha hecho así...

Por fin es jueves. No es porque me gusten especialmente los jueves, ni porque tenga ningún plan inusual. Hoy jueves es mi día porque es día 10, día de cobro para los parados. Me levanto, sin prisas, después de modorrear un rato bajo las sábanas. Es que se está tan agustito… y tan calentito… y total, tampoco me espera nadie. Así que me levanto cuando me apetezca, me tomo mi café (hoy sí), y me dirijo al banco a ver cuanto me han dejado disponible estos ladrones legales. Después me acerco al Inem, para ver cuando tengo que solicitar la paga esta que han puesto para después de cobrar el paro. Ya que por lo visto no hay un trabajo en este país para mí, pues a vivir de los que sí cotizan, los pobres que se han levantado hoy, como todos los días, tempranito para acudir a su oficio.

Y en fin, un día más, tras mi paseo matutino con mi perrito, alrededor del pueblo, me voy para mi casa, que estoy super cansada, a ver qué comemos. Hoy nada de latas, que es día de cobro, unos filetes, que paga el Estado, y quien dice el Estado, quiere decir el contribuyente. Gracias chicos, por tan suculento filete. Gracias a ti también, Estado español, por permitirme esta vida ociosa. A ver si dura mucho la crisis, y se aumentan las ayudas al pobre e indefenso parado, que lo estamos pasando tan mal... Y vosotros, los trabajadores, ¡a trabajar!, que somos muchos a los que nos tenéis que dar de comer…

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Un mal día?

Porque hay días que todo se pone en tu contra, así, porque sí, a mala leche, sin que tú hayas hecho nada malo, y sin que puedas evitarlo. Es justo ese día que te levantas, no hay café hecho y piensas, “bueno, no pasa nada, hago una cafetera y punto”, y resulta que tampoco hay café sin hacer, y dices, “está bien, pues me bebo un zumo”, y como no sueles tomar zumo a menudo, pero siempre tienes una caja por si acaso, le das el primer buche al vaso lleno hasta los topes y argggg, el zumo se ha puesto malo de estar en el frigorífico abierto desde la última vez que te quedaste sin café. Y se te queman las tostadas y por fin lo admites y piensas “vale, lo he captado, hoy no es mi día”, y luego vas a ver el horóscopo, no porque creas en esas cosas, sino porque necesitas que alguien te diga que no te preocupes, que todo irá bien, pero resulta que encima el horóscopo te dice que estás en tu peor momento y que no puedes hacer nada para cambiarlo, y eres el peor de los doce signos del zodiaco y dices “vale, muchas gracias, Esperanza Gracia”, y el día trascurre imponiéndose lo imposible en todos los actos que acometes. Y llega la hora de comer, y no tienes nada en la nevera y piensas “voy a abrirme unas latas”, y sacas de la caja la primera y ves que no tiene abrelatas. “!Pero, por el amor de Dios!, estamos en pleno siglo XXI, ¿cómo no le ponen un puto abrefácil a esta mierda de lata? Pues no como. Me voy a comprar algo”. Y sales a la calle y se pone a diluviar…

Inevitablemente tienes que seguir adelante. Tranquilo. Respira. Ya sabes que nada va a salir bien, pero eso es lo que hay. Tienes que afrontar como se pueda todos estos impertinentes despropósitos del destino. “¿Qué he hecho yo?, ¿qué quieres de mí? ¿Sabes una cosa?, te voy a joder… voy a ser feliz a pesar de todo, porque la felicidad puede estar en un momento de paz en tu sofá favorito viendo esa serie que tanto te gusta, o en el abrazo de un amigo, de un hermano, de una pareja, de un hijo, en el momento que más lo necesitas, o en mojarte la cara con el agua de lluvia… en cosas mundanas, sencillas que el destino no me podrá arrebatar. Me tomo el día libre!!!”

martes, 8 de noviembre de 2011

Volar

Quiero volar los pantanos, los campos y montañas,
Invadidos de ríos, que riegan mis mañanas.
Quiero volar la torre y tocar las campañas
Y llegar a la ermita de la sierra temprana.
Quiero volar muy alto, quiero volar deprisa,
Y llegar a tu lado, y besar tu sonrisa.
Quiero y puedo y hago, hacer lo que me plazca,
Soñar con lo que quiera, querer lo que me agrada.
Y si te vuelvo loco con mis vuelos incesantes,
Perdóname, tesoro, ya conoces mis pesares,
Que sucumben a mi antojo, deshaciendo lo que haces.
No temas volar conmigo, que soy buena voladora,
Que he volado en mil batallas y en todas fui vencedora.
No tengas miedo, cariño, coge mi mano y vuela.
Volemos a lo más alto, donde la luz nos espera.

viernes, 4 de noviembre de 2011

No juegues con mis sentimientos

A nadie le gusta que le engañen, pero hoy, será la lluvia, estoy especialmente sentimental y, por eso, quiero denunciar a todas esas “empresas”, “entidades” o "consorcios" de pájaros timadores que se ganan la vida a base de la ilusión de los que, como yo, estamos desesperados. Hay que ir a por ellos.

Ayer localicé uno de estos anuncios de oferta de empleo que dice “Trabaja desde casa”, nunca me había parado a mirarlo, pero, la angustia, el desánimo, la misma desesperanza te impulsan a hacer cosas que ni pensabas que haría. Te llegas a creer cualquier cosa. Lo leí, decía que había varios trabajos a realizar, desde montar bolígrafos, hasta encartar publicidad, pasando por una serie de trabajos relativamente fáciles y no pagaban mal, algo lógico y razonable. Me puse en contacto con ellos en un número de móvil que venía en el anuncio. Me dijeron que me mandarían al correo electrónico una información detallada sobre cada uno de los trabajos a realizar, los plazos y el pago. Ponía también que se tenía que hacer una aportación como fianza de 15€ por el material recibido, fianza que después de un mes sería devuelta. También me pareció lógico, pues cualquiera podría pedir el material y después pasar de devolverlo. Pero, antes de lanzarme a la aventura, ya que yo puedo llegar a creer en cualquier cosa, pero mi fe nunca fue ciega, puse en google el número de teléfono al que había llamado y salieron las innumerables denuncias de anónimos que habían sido estafados por este método, al pagar 15€ por un material que nunca llega a su destino. Si no hubiera comprobado el número en google, yo sería una de ellos, pues ya me veía en mi casita como una loca, rellenando sobres o montando bolígrafos o mecheros. Por cierto, el número al que llamé es el 603314563, por si alguno de vosotros os sentís en algún momento seducido por este tipo de anuncios.

Es curioso, sin embargo, ver cómo en tiempos de crisis y necesidades sigue perviviendo la picaresca que siempre nos ha definido a los españoles. Siempre habrá piratas, bandidos y truhanes, sólo que en este momento somos más los tontos desesperados, víctimas perfectas.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Cálculo infinitesimal

Con frecuencia los chicos se quejan de tener que aprender cosas absurdas en el colegio, que después no le sirven para nada en la vida real. Y tienen toda la razón del mundo. Desde pequeños nos obligan a memorizar conceptos, números, frases absurdas que de nada nos sirve a la hora de tenernos que ganar la vida. ¿Para qué le sirve a un filólogo saberse la tabla periódica de los elementos? Hidrógeno, Litio, Sodio, Potasio, Rubidio, Cesio, Francio, Berilio… con sus correspondientes valencias y número atómico. ¿Para qué quiere un economista saberse las declinaciones latinas? ¿De qué nos ha servido saber despejar X e Y en una ecuación de segundo grado, si no somos ingenieros? ¿Cómo le ayuda a un médico saber qué es un complemento agente?

Tener conocimientos básicos de determinadas materias está muy bien, pero no nos ayuda de ninguna manera a saber ganarnos la vida. Si lo pensamos seriamente es incluso absurdo. Imaginaros en una entrevista de trabajo cualquiera:

- ¿Sabe usted algo sobre mercado internacional?
- No, pero me sé las combinaciones binarias…

Todo esto viene a cuento de algo muy específico, no penséis que me he vuelto loca. El otro día estuve viendo un programa de cómo viven los ricos, de qué viven, cómo habían hecho su fortuna, etc, etc… Para ello entrevistaron a varios tipos que vivían en La Moraleja, la mayoría de ellos empresarios, y me di cuenta cómo y de qué manera, hemos desperdiciado una educación valiosísima en aprender tonterías y sin embargo no nos han enseñado nunca cómo hacer fortuna. Mostraron también un colegio privado en la misma Moraleja, en el cual, desde primaria, algunas asignaturas las impartían exclusivamente en inglés y los chicos con tan sólo ocho años hablaban ya un inglés perfecto, y con doce años tenían una asignatura que era Economía, donde aprendían el funcionamiento de la bolsa, qué es un tipo de interés, el Euribor, como rentabilizar un capital, las economías emergentes… imaginaros por un momento, cualquiera de estos chicos está a años luz de nosotros, simples mortales, en conocimientos prácticos. Seguro que ellos no sueñan con ser funcionarios. Seguro que para ellos, la palabra “autónomo” significa “riqueza”.

Y digo yo, ¿este tipo de educación práctica, no podía ser posible en la educación pública? ¿Por qué en este país hay que pagar una cuota de 2.000 € mensuales para poder tener una educación de verdadera calidad?

Más tarde leí en un artículo reciente que, mientras en EEUU el 60% de los estudiantes saben que quieren ser empresarios en el futuro, en España sólo un 4% tienen este propósito de futuro. Supongo que ese 4% serán los estudiantes de este tipo de colegios privados, donde se instruyen a los futuros empresarios.

La culpa no es nuestra, sólo somos ratones de laboratorios.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lo quiero/ lo necesito

Acostumbrarse a lo bueno es muy fácil. A veces las cosas nos van bien y vamos adquiriendo unos usos y costumbres que se convierten en necesidades. Lo que no nos damos cuenta es que no se trata de necesidades en sí, en realidad son lujos que nos dábamos el placer de gozar, cuando podíamos hacerlo. El ser humano tiene la necesidad de alimentarse cuando tiene hambre, abrigarse cuando hace frio y ser querido. Luego, en sociedad, adquiere una serie de derechos, como la educación, la sanidad, la justicia, la propiedad privada… Más adelante, superado estos derechos, es cuando el hombre va adquiriendo otras cosas que se convierten también en necesidades: el ocio, el deporte, la música, la moda… Cada uno tiene sus propias necesidades, y pensamos que las nuestras son las más importante, menospreciando, muy a menudo, las de los demás. Una amiga me dijo que la cosa iba tan mal que había tenido que comprar el tinte del pelo del barato en el supermercado y echárselo en casa. Bueno, yo no he ido nunca a la peluquería a echarme un tinte, por lo tanto, esta necesidad básica para mi amiga, es para mí una tontería. Otra me comentó que este año, en vez de diez o quince días, como siempre, se había tenido que ir de vacaciones sólo tres días. Yo nunca he estado una semana de vacaciones, por lo tanto, esta necesidad básica para mi amiga, es para mí otra chorrada. De la misma manera, yo voy a tener que dejar el gimnasio, porque no tengo dinero para pagar este mes, seguro que para mi hermana, que no ha pisado un gimnasio en su vida, esta necesidad, a la que yo tengo que renunciar, es una soberana chorrada (“vete a correr, que es gratis”, me diría), y desde el mismo punto de vista, he tenido que empezar a comprar tabaco de liar porque el tabaco en cajetilla está muy caro y no me lo puedo permitir. Alguien se encontraría con derecho a decir “yo dejé de fumar el año pasado y ya no tengo esa necesidad”, por lo tanto tampoco será importante para esta persona.

Lo que quiero decir es que las necesidades que actualmente tenemos no son necesidades en si, pues aun no hemos sufrido la verdadera necesidad.

Todos tenemos necesidades, y sin embargo, ninguno. Unos lo llevarán mejor y otros peor, depende de la fuerza, de la voluntad y el carisma de cada persona.

No creas que por ser más fuerte sufro menos.