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miércoles, 8 de febrero de 2012

Impertérrito

Hoy he aprendido una palabra nueva. Al principio me ha costado decirla, pues aunque escrita parece otra cosa, si la escuchas por primera vez y luego intentas decirla, cuesta. La palabra en cuestión es IMPERTÉRRITO. Me ha llamado tanto la atención, que he intentado averiguar el significado desmembrando la palabra en partes:
Im: no, opuesto, contrario
Per: por
Térrito: terrestre o terrenal
Entonces, impertérrito tiene que se algo contrario a lo terrenal, celestial, efímero... Pues no sé, ya hay muchas palabras que quieren decir eso, ¿para qué otra?, además no tiene mucho sentido con el resto de la afirmación en la que se insertaba tan simpática palabra. Definitivamente tengo que ir en busca del diccionario, pues esto de desmembrar palabras e intentar extraer el significado por separado no siempre da sus frutos. No todas las palabras son tan fáciles de averiguar su significado como abrelatas o pintalabios… Así que dicho y hecho, asomo las narices en el diccionario y ¡sorpresa!, impertérrito significa que no causa impresión en el sujeto. Pero ¿cómo he podido yo vivir todos los años que he dejado atrás sin saber el significado de esta palabra? Si impertérrito significa que no se impresiona, lo contrario debe ser pertérrito. Vuelvo al diccionario, busco pertérrito y ¡no viene! Pero bueno, ¿el vocabulario se ha vuelto loco o qué? Cómo no va a existir pertérrito, si yo soy completamente pertérrita. Tiene que venir. Pero no, el diccionario no estaba equivocado. Pertérrita no existe, ni tampoco su homólogo masculino. Perdonadme que difiera del lenguaje, pero me parece muy, pero que muy feo que se invente una palabra tan difícil de pronunciar como impertérrito, que francamente, parece estar compuesta de dos sufijos y un lexema, y que casualmente el primero de esos sufijos se im-, con m, porque la siguiente letra es una p, que si no sería, in-, y que ahora resulte que el antónimo de esa palabra no sea la misma pero sin el im-. El lenguaje, perdonen que os diga, está más que loco…

Cuando luego, una vez que se me ha pasado la indignación con la lengua castellana, me he puesto a pensar en casos similares y me han venido a la cabeza algunos ejemplos:

Si pertérrito fuera lo contrario de impertérrito, bécil sería lo contrario de imbécil, presionante sería lo contrario de impresionante o pecable sería lo contrario de impecable. Entonces hice las paces con la lengua castellana, y comprendí que quizás ella no esté tan loca como yo pienso, quizás sea sólo que yo pienso demasiado. Y ¿qué quieres que haga? Estoy en paro…

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