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jueves, 14 de junio de 2012

¡Espaaña!, ¡Espaaña!, ¡Espaaña!

Como muy bien dijo el poeta latino Juvenal en el siglo I DC: “Cuando el pueblo protesta, dadle pan y circo” Hoy, un día en el que las noticias económicas de España da un paso de gigantes hacia el, más que anunciado, desastre, con una prima de riesgo histórica, que cierra las puertas a los mercados e inversores internacionales. Hoy, que la Comunidad de Madrid ha sido la primera en dar información sobre los puestos públicos que van a ser rescindidos en los próximos meses, aproximadamente 3000 en sanidad y 4500 en educación, sólo en Madrid!!! Precisamente hoy, que las marchas y protestas múltiples de mineros, de profesores, de personal sanitario, de personal de Sintel… pasan totalmente desapercibidas…, hoy la noticia importante del día es que la selección de futbol española juega el segundo partido clasificatorio para la Eurocopa. Y yo, que soy la primera en celebrar los goles de nuestros gloriosos campeones del mundo, yo, que no dudo en olvidar todos los males que acechan al día a día con cada jugada de Iñesta, yo, que presumo, me admiro y siento orgullo de la humildad, el esfuerzo, la piña que proyecta el equipo español hacia el resto del mundo, yo, que me he llegado a emocionar con el tema “No hay dos sin tres“ del saltarín David Bisbal…, ahora, me paro a pensar (y eso nunca ha sido bueno), que mientras nosotros, precisamente hoy, nos abstraemos del mundo real en pro del bienestar que nos trasmite la victoria de nuestra selección (pues, junto a Rafa Nadal, son los únicos que consiguen que por un momento nos sintamos orgulloso de este país de chiste) me doy cuenta de que mientras esta pandilla de veintitrés niños millonarios hacen lo que más les gusta, siendo muy bien recompensado por ello, todos los males que nos acechan día tras día siguen adelante y mañana, pase lo que pase con la selección, volveremos a tenerlos presente en nuestra vida cotidiana como punto número uno. Pero no hoy. Hoy juega España. ¡!Arriba al Roja hasta la final!! Ya nos acordaremos del paro, de la prima de riesgo, de los mercados, de los recortes, de los eres en Julio… Veinte siglos después, y a falta de pan, el circo es lo único que nos sigue animando en tiempos difíciles.

miércoles, 6 de junio de 2012

El metro de Madrid

Una hormiguita obrera, sin oficio ni beneficio, engalanada con sus mejores galas, sale de su hormiguero para vender sus manos y su mente a cualquier postor sin escrúpulos. Entra al submundo y se encuentra con otra hormiguita, y con otra y con otra hasta formar parte de la marabunta de hormiguitas ornamentadas que malvenden su alma y su cuerpo por una cáscara de pipa o una hoja seca que le dé cobijo. Las hormigas, provenientes de todas partes del mundo y de todas las maneras posibles: grandes, pequeñas, negras, rojas, herbívoras, carnívoras… corren incesante por los túneles subterráneos en direcciones opuestas, contradictorias, formando figuras móviles desde el cielo del infierno. Y vuelven exhaustas de sus destinos oprimidos, ojerosas, somnolientas, abatidas tras la larga jornada de traqueteo incesante, anónimo, arrastrando sus diminutas preocupaciones mientras los enormes pies, cubiertos con caros zapatos, amenazan a pisarlas en cualquier momento. Las hormigas fluyen a millones, días tras día, bajo el suelo del mundo donde se toman las decisiones que marcarán su futuro. El tiempo apremia.